lunes, 19 de diciembre de 2011

Llegando al Principio

Pasaron las clases y seguimos vivos. Sigo vivo. Y con muchísima alegría.
Ya estoy sabiendo que se termina el año, gran año, y se viene uno nuevo que seguramente me ira acercando a eso que todavía no se bien qué es, pero que lo deseo con ansias.
Gran parte de esta alegría se debe a las riquísimas experiencias que tuve la suerte de vivir en mis prácticas. Debo decir que poco salió según lo planeado en un principio, pero esto quizás sea lo que le da un sentido mucho mas favorable. Hubo que repensar varias clases, modificar algunos métodos, improvisar soluciones sobre la urgencia, y varias cosas más que podrían estar cerca del hastío, pero que las viví como constantes aprendizajes.
Mas allá de esto, lo que seguramente perdurará de esta experiencia como expresión sincera de felicidad, trasciende un poco lo que fue mi tarea individual, y se ubica en el terreno de la interacción con aquellos asombrosos sujetos con los que la viví. Creo que a diferencia de algunos compañeros, tuve más alegrías que nostalgias al despedirme de ellas y ellos. No se a qué se deberá... a veces pienso que el tipo de relación, un poco mas cercana que la de "docente-alumno", fue la que marcó la diferencia. Con los chicos y chicas existía un mutuo respeto y una distancia formal, pero me decidí en ocupar aquel lugar al que los estudiantes invitaban constantemente a los profesores, pero que pocos -muy pocos- se atrevían a ocupar. Pienso que el miedo a perder autoridad-poder, a mostrarse benévolos-débiles, o simplemente el miedo a acercarse al alumno (cualquiera sea la causa del miedo), es el freno o la barrera que dificulta otro tipo de relaciones. No me atrevo a afirmar si mejores o peores, eso dependerá de las intenciones, los ideales y las utopías de cada uno, pero sí se que darían otros tipos de resultados.
Sé que los chicos y chicas quedaron contentos por las clases que dí, y eso también es muy reconfortante. En este momento me viene una reflexión. Suele suceder a veces que los docentes perdemos el entusiasmo y las ganas, y nos deprimimos y desmotivamos cuando preparamos una clase que nos parece magnífica, llena de condimentos y matices, entretenida, participativa, con un tema hermoso de estudiar, y lo que nos sucede en el aula es la antítesis total de nuestras expectativas. Conozco a muchos docentes y se que eso, sumado a muchísimas otras adversidades de todos los colores, es algo de lo que hace que reneguemos de nuestra profesión. 
Aquí es donde meto la cucharita (pecando de ingenuidad, probablemente): No creo que se deba poner toda la carga negativa de lo que sucede en nuestros estudiantes. Es bueno entender que si las cosas no nos salen según las planificamos, existen varias cuestiones que nos atañen a nosotros mismos. En principio hay que saber que un tema que nos parezca interesante, y que a muchos como nosotros nos parezca interesante, no significa que sea igual para nuestros alumnos (o por lo menos no de la misma manera). No creo en ese tipo de propiedad transitiva del conocimiento. La tarea que nos compete es preguntarnos el por qué del interés por ese conocimiento, para saber entonces si se debe a cuestiones individuales o va mas allá. Como es un conocimiento escolar, lo mas probable es que sea de interés social o que exista la necesidad social de conocer y enseñar aquél conocimiento. Entonces entra en juego uno de los pilares mas elementales de la enseñanza: el conocer a nuestros estudiantes. Conocer sus gustos, sus preferencias, sus intereses, sus necesidades, sus deseos, sus pesares, sus tristezas, sus experiencias, sus saberes, sus prácticas cotidianas, sus vidas. Esto es elemental para nuestra tarea como docentes, debemos hacernos cargo y hacernos responsables de acuñar todo eso en nuestras prácticas en la docencia. Tenemos que buscar partir de allí, del lugar en el que está el alumno. Solo así podremos lograr que ellos caminen, y nosotros caminar con ellos. Habló de tejer una conexión entre el conocimiento, el interés y la motivación sobre el mismo, y la vida (por así llamarlo) de nuestros estudiantes.
Tuve muchas ventajas en este sentido. La cercanía de edad con los chicos, el prestar atención a detalles -por ejemplo en sus formas de hablar para tener indicios de sus formas de vivir-, no hacerme de grandes expectativas globales para estar atento a cada cosa que va sucediendo, tener bien claro hacia dónde apunto y entendiendo que las formas de llegar pueden ser muy diversas.
Siento que aprendí muchísimo en ésta, mi primer práctica como docente. He llegado, mis primeros pasos me han llevado a buen puerto. Pero llegar a puerto es parte de otro camino, es menos llegar que seguir caminando. Es una suerte de final y de principio.








Al final del viaje está el horizonte,
al final del viaje partiremos de nuevo,
al final del viaje comienza un camino,
otro buen camino que seguir...



Silvio Rodriguez.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Festivales y desafíos

Bien!.
No, sinceramente, bien no...
Muchísimo tiempo ha pasado y recién hoy me dispongo a contarle a la concurrencia lo que fue de mi tarea observando el aula.
Bueno (malo), como siempre pasa, cuando el tiempo pasa, uno se olvida. Y cuando quiere repasar algunas cosas del pasado se da cuenta que la memoria esta lejos de ser invencible y simplemente comienza a caducar - ceder el espacio para cosas mas actuales-.
Pero hay cosillas que han quedado bien marcadas. Por ejemplo aquella experiencia de observación de una clase en la que se tomaba evaluación. Todos sentaditos en fila, separados unos de otros, ordenaditos y con un par de hojas y las lapiceras en los bancos. La profesora sentada en el banco a contramano que esta frente al pizarrón mirando a lo profundo de vez en cuando y completando unas planillas o leyendo vaya a saber qué. Yo levantando y bajando la cabeza, completando las tres columnas del registro. En eso, comienza a crecer del silencio un festival. Un festival lleno de música de suspenso, de danzas nerviosas con miradas cómplices y movimientos sigilosos, de canciones con rimas parecidas a interrogantes, de respuestas que solicitaban un momentito de distracción mas mucha audacia y velocidad. Entonces florecían sonrisas que soñaban con encontrar la verdad en un trozo de papel, y después compartirla con la que todo lo sabe, la reina de la fiesta. Estos bailes no pasaron inadvertidos por el observador, y sus protagonistas lo notaron. Entonces le convidaban del vino de la amistad y la confianza para sumarlo también al clima.
Bueno basta.
Muchas cosas pasaron. Elecciones primarias, miles de preguntas, miles de interrogantes y de incertidumbres que no pudieron encontrar una respuesta muy satisfactoria. Pero el indicio era extraordinario: las chicas y los chicos participaban enormemente, cuando algo les interesaba. He aquí el desafío.
Entre muchas otras situaciones que la lamentable memoria se ha encargado de desechar, se terminaron las observaciones áulicas. Se venía la Práctica como Docente...



miércoles, 26 de octubre de 2011

La tan esperada Primer Entrada.-


Bien, ha llegado el momento de darle utilidad al blog. En realidad, el momento ya ha llegado, y ya ha pasado... pero esta herramienta tuvo la capacidad de permanecer en el tiempo, y no perecer ante la ausencia de contenido.
A partir de ahora, y mientras el entusiasmo continúe encendido, las entradas de este blog serán mas frecuentes que en el pasado.
He decido comenzar por el comienzo. Lo cual no resulta tan obvio en la realidad como sí en el enunciado. Al haber pasado tanto tiempo, al haber sucedido tantas cosas, uno podría empezar por cualquier parte.
Y voy a decir que esta historia comienza con la realización del Análisis Institucional. Una de las desventajas del paso del tiempo es que uno se olvida fechas y algunos detalles, pero vamos a decir que el trabajo se hizo a fines del 1er. cuatrimestre, con mucho trabajo, mucho esfuerzo y poca disposicion de tiempo, como sucede casi siempre.
En aquel entonces eramos dos: Griselda y yo (Alejandro). Recuerdo que intentamos realizar el trabajo desde la poca información que teníamos sobre la institución, algunas entrevistas grabadas, otras informales, algunos datos de infraesctructura... Sin lugar a dudas que esta insuficiencia de datos iba a derivar directamente en un trabajo incompleto, lleno de ausencias y vacíos, donde se edificaban categorías de análisis sobre cimientos casi inexistentes, o desconocidos mejor dicho. Aún antes de entregarlo, ya conocíamos el veredicto, y no era ninguna profecía muy difícil de decir: "Desaprobado", o "Incompleto", que suena menos duro. Pero lo bueno es que teníamos una idea de cómo completarlo, de qué nos faltaba y de cómo conseguirlo, lo que nos preparaba para una inminente recuperación.
¿Qué sucedió? Lo dicho: "Rehacer". A pesar de nuestra conciencia sobre la situación, el tiempo nos volvió a poner entre la espada y la pared. En el afán de cumplir, decidimos dividir el trabajo. Completar con algunas entrevistas, el analisis de documentos, principalmente del P.E.I., y otras informaciones necesarias. A la sumamente tediosa tarea de transcribir las entrevistas se le sumaba una exigencia de la cátedra que apuntaba hacia las personas que no teníamos Didactica y Currículum entre nuestras materias aprobadas o regularizadas: ampliar el marco teórico. Las protestas no tardaron en presentarse. Sin embargo el trabajo debía presentarse, y cumplir con las pautas establecidas por la autoridad de los profesores.
En fín, el trabajo se presento, mucho mas completo, mucho mas puntual y específico que la primera vez. Las expectativas crecieron y se cumplieron, se aprobó.

A los curiosos pasajeros de este blog es que les dejo parte de lo que terminó siendo el archivo de word con el nombre "Institucional.doc"
https://docs.google.com/leaf?id=1Ikyur_4nU2QgMcaQzZFgRPK1-sdfsNMtZVa_WiBS-S7BxRD_19dddw8_jJVJ&hl=es